Otras entradas

Buscar

Hombres de Dios



Llenos de amor,
se entregaron al mundo,
dos almas gemelas,
dos Hombres de Dios.

Con gran valor,
se enfrentaron al mundo,
cada uno en su tiempo,
con la misma misión.

Su vida fue ejemplo,
de humildad y paciencia,
y con sabias palabras,
nos llenaron de fe.

ESTRIBILLO:
Dos Hombres de Dios,
de infinita bondad,
por su historia de vida,
ya están en el altar.

Juan XXIII y Juan Pablo II,
Juan Pablo II y Juan XXIII.

El mundo ya canta,
el mundo festeja,
lleno de alegría,
por su Santidad.
Juan XXIII, el Papa de la Paz,
y humilde sacerdote,
al servicio de Dios.
A la Iglesia renovó,
a los cristianos unió,
y al Concilio Vaticano II convocó.

ESTRIBILLO.

Juan Pablo II, le quiere todo el mundo,
el Papa Peregrino,
que al mundo transformó.
Padeció como Cristo,
de crueldad y violencia;
sin dudarlo jamás,
con amor perdonó.

Dos Hombres de Dios,
de infinita bondad,
por su historia de vida,
ya están en el altar.

Juan XXIII y Juan Pablo II,
Juan Pablo II y Juan XXIII.

(2 veces)

Santo (Francisco Palazón)



Santo, santo, santo.
Santo es el Señor.

Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Santo es el Señor,
Dios del Universo.

Llenos están el Cielo
y la Tierra de Tu Gloria.
Hosanna, hosanna,
hosanna en el cielo.
Hosanna, hosanna,
hosanna en el cielo.


Bendito el que viene,
en nombre del Señor.

Hosanna, hosanna,
hosanna en el cielo.
Hosanna, hosanna,
hosanna en el cielo.

Gloria y honor a Ti, Señor



Gloria y honor a Ti, Señor,
que nos diste la vida.
Haz que guardemos fieles,
Tu palabra de Verdad.
Gloria al Padre Creador,
gloria al Hijo Redentor,
gloria al Espíritu de Amor,
por siglos sin fin, Amén.

Una roca inmóvil



Una roca inmóvil en su soledad,
una flor o el pájaro feliz que ves,
no podrán vivir, no podrán gozar,
esta vida singular que Dios nos da.

ESTRIBILLO:
¡Oh! Yo quiero que esa luz,
que un día en mí prendió,
jamás se esconda,
ni se apague su fulgor.

¡Oh! Yo quiero que mi amor,
ayude a los demás al caminar,
por este valle de dolor.
En mi alma henchida de divinidad,
palpitando el mismo palpitar de Dios,
hay un resplandor, hay un cielo azul,
hay un hondo respirar de eternidad.

ESTRIBILLO.

Cuando soy un sol,
que va estallando en luz,
y mi cuerpo es templo donde habita Dios,
todo el cielo está en mi corazón,
empapándome de vida y de calor.

ESTRIBILLO.

El peregrino de Emaús



¿Qué llevabas conversando?
me dijiste buen amigo,
y me detuve asombrado,
a la vera del camino.

¿No sabes lo que ha pasado,
ayer en Jerusalén,
de Jesús de Nazaret,
a quien clavaron en Cruz?
Por eso me vuelvo en pena,
a mi aldea de Emaús.

ESTRIBILLO:
Por la calzada de Emaús,
un peregrino iba conmigo.
No le conocí al caminar:
Ahora sí,
en la fracción del pan.


Van tres días que se ha muerto,
y se acaba mi esperanza,
dicen que algunas mujeres,
al sepulcro fueron de alba.

Pedro, Juan y algunos otros,
hoy también allá buscaron,
mas se acaba mi confianza,
no encontraron a Jesús.
Por eso me vuelvo triste,
a mi aldea de Emaús.
ESTRIBILLO.

¡Oh, tardíos corazones,
que ignoráis a los profetas!
En la ley ya se anunció,
que el Mesías padeciera,
y por llegar a su gloria,
escogiera la aflicción.

En la tarde de aquel día,
yo sentí que con Jesús,
nuestro corazón ardía,
a la vista de Emaús.

ESTRIBILLO.

Hizo señas de seguir,
más allá de nuestra aldea,
y la luz del sol poniente,
pareció que se muriera.

¡Quédate forastero,
ponte a la mesa y bendice!
Y al destello de Tu luz,
en la bendición del pan,
mis ojos conocerán,
al Amigo de Emaús.

ESTRIBILLO.